Cuando
llegamos a nuestro centro de estudios, teníamos la
creencia que para alcanzar nuestra ansiada meta existía
un medio solamente: el estudio. ¡En que grave error
nos encontrábamos!
Para suerte de
todos, por esa voluntad de trabajo que nos embargaba
y conforme íbamos dejando atraz parte del camino que
nos hemos propuesto a recorrer, llagaba a nuestra
mente una realidad inesperada que nos obligaba a
combinar nuestro arduo estudio con otras labores y actividades.
Una de las
tareas que nos atrevemos a realizar es la edición de
la revista "TUMI". En ella podrán figurar
las expresiones del sentir de cada uno, porque será
una puerta abierta para cualquier entusiasta
colaborador no importando títulos ni condiciones, ni
tampoco imponiendo límites ni obligaciones.
Desde que nació
en nosotros la idea de seguir esta insigne profesión,
éramos conocedores de que el médico es humanista y
como tal debe de comportarse, poniéndose al alcance
de los demás. Y no hay forma más inmediata de
hacerlo que con un órgano informativo.
Por esa misma
razón, el médico es susceptible a equivocarse. Un
error o una equivocación se presenta en todo campo,
mayormente cuando se es tan solo un estudiante ávido
de conocimientos; por eso desde estas líneas rogamos
a todo lector, que si algún error encontraran sepan
disculparnos; porque agoviados por la emoción, sin
querer, hacia ellos fuimos encaminados.
Y a todos
aquellos que empecinados por el negativismo y la
oposición, les pedimos que no apliquen ese "toque
de Midas invertido", que convierten en plomo
hasta el oro purísimo de las bellas ideas; mas al
contrario transformen ese toque en el del verdadero
Midas y conviertan en oro una idea floreciente.
Entonces unidos podremos repetir lo que J.W. Mayo una
vez entusiasmado exclamó:
"Dadme
de vuestras experiencias y dejadme compartir
vuestros sueños"